Visité Punta Mazo como parte de Expedición Baja: Laboratorio de híbridos, atraída por la complejidad de sus paisajes y transiciones. Esta zona, donde convergen humedales, dunas, matorrales costeros y antiguos flujos volcánicos, ofrece un laboratorio vivo para observar adaptaciones extremas. Caminé sobre suelos de origen basáltico, entre restos de actividad volcánica que hoy conviven con un ecosistema marino diverso. Observé aves migratorias, plantas halófitas y organismos intermareales que resisten salinidad, viento y exposición solar. Registré texturas, formas y comportamientos, imaginando futuros posibles donde estas especies evolucionan frente al cambio climático. Punta Mazo me mostró un equilibrio delicado entre resiliencia y transformación.
![]() | ![]() | ![]() | ![]() |
---|---|---|---|
![]() | ![]() | ![]() | ![]() |
![]() | ![]() | ![]() | ![]() |
![]() | ![]() | ![]() |